Vida terrestre
La materia orgánica es producida por los seres vivos, fundamentalmente por los vegetales mediante la fotosíntesis. Con ella, las plantas construyen sus propios tejidos convirtiéndose así en el primer eslabón de la cadena trófica, o cadena de transmisión de elementos nutritivos y materiales que se presentan combinados en cinco aminoácidos. Mediante dicha cadena se determina no sólo la morfología de los seres vivos (organización de la materia orgánica, el hardware) sino también su comportamiento (el software). La transmisión de la información está garantizada por la facultad del ADN (ácido desoxi-ribonucleico) de replicarse a sí mismo.
La pedosfera que constituye la tierra firme dentro de la biosfera, consta de un componente vivo y uno inerte -componentes bióticos y abióticos- con organismos vivos y productos de putrefacción entremezclados. Por lo tanto el suelo no es solo un “factor” del medio de los organismos, sino que también es producido por ellos.
La existencia de todas estas formas de vida terráquea en cuanto a diversidad, distribución y funcionamiento, abre perspectivas interesantes sobre la posibilidad de existencia de vida extraterrestre. Todo ello se uniría a que hay datos que indican que, por ejemplo, algunas bacterias y líquenes pueden vivir en las condiciones imperantes en ciertos planetas y satélites extraterrestres.